El amor de Dios reina en el corazón de todos los santos, pero hay uno que tiene la dicha de ser el patrón de los enamorados: San Valentín. Según dice una tradición, San Valentín arriesgaba su vida para casar cristianamente a las parejas durante el tiempo de persecución. Por fin entregó su vida en el martirio, que es la máxima manifestación del amor. El amor de este santo sacerdote por Jesucristo y por defender el Sacramento del Matrimonio nos inspira a elevar el amor humano a las alturas del amor divino para el cual fuimos creados. Los cristianos debemos aprovechar esta fiesta para recuperar el sentido cristiano del amor y del matrimonio a la luz de Cristo.
Como llegó San Valentín a ser el día de los enamorados
1. Para abolir la costumbre pagana de que los jóvenes sacaran por suerte nombres de jovencitas, en honor de la diosa del sexo y la fertilidad llamada Februata Juno, celebrada el 15 de este mes, algunos pastores substituyeron esta costumbre, escribiendo nombres de santos. Así con el tiempo la fiesta sería cristianizada y se celebraba en vez San Valentín.
2. El 14 de febrero se envían postales los enamorados porque, según la creencia medieval procedente de Inglaterra y Francia, ese día, es decir, a mediados del segundo mes del año, "todas las aves escogen su pareja".
Aunque San Valentín sigue siendo reconocido como verdadero santo de la Iglesia, muy poco se sabe de seguro sobre su vida, fuera del hecho de su martirio. Es por eso que el calendario litúrgico celebra el 14 de Febrero a los Santos Cirilo y Metodio en vez de a San Valentín.
El Martirologio Romano presenta dos santos con el nombre de Valentín:
Uno es Obispo de Interamna y el otro sacerdote de Roma. Es posible que se trate del mismo santo que fuera llevado desde su ciudad a Roma para el martirio. Esto se sospecha porque, además de tener el mismo nombre, ambos fueron decapitados en la Vía Flaminia y tienen su fiesta el 14 de febrero.
1. San Valentín de Terni. Nació en Interamna (hoy: Terni, unos 100km al norte de Roma), C. 175. Fue ordenado por San Felicio de Foligno. Consagrado obispo de Interamna por el papa Victor I c. 197.
Famoso por su evangelización, milagros y curaciones. Fue arrestado, torturado y decapitado por Placido Furius durante la persecución de Aurelius. Lo mataron de noche y en secreto para evitar la reacción del pueblo de Terni donde era muy amado. Lo enterraron en la Vía Flaminia, entre Roma y Terni. Su restos mortales están hoy en la Catedral de Terni.
2. San Valentín de Roma. Con San Mario y su familia socorría a los presos que iban a ser martirizados durante la persecución de Claudio el Godo. Fue aprehendido y enviado por el emperador al prefecto de Roma, quien al ver que todas sus promesas para hacerlo renunciar a su fe eran ineficaces, mandó que lo golpearan con mazas y después lo decapitaran. Esto ocurrió el 14, de febrero, por el año 269.
Parece que fue el Papa Julio I quien hizo construir una iglesia cerca de Ponte Mole en memoria del mártir, la cual por mucho tiempo dio el nombre a la puerta hoy llamada Porta del Popolo en Roma (Antes Porta Valentini). La mayor parte de sus reliquias están ahora en la iglesia de Santa Praxedes (cerca de la basílica de Sta. Maria la Mayor, Roma).
Se encuentra mencionado su nombre entre los mártires ilustres en el sacramentario de San Gregorio, en el Misal Romano de Thomasio y en los martirologios.